Los presidentes del Congreso y del Senado renuncian a sus residencias oficiales

Los presidentes del Congreso y del Senado, Jesús Posada y Pío García-Escudero, respectivamente, han renunciado a utilizar las residencias oficiales que les corresponden por sus cargos institucionales. Se trata de un gesto de austeridad y de sentido común, ellos dicen que no lo consideran necesario ya que ambos tienen su residencia habitual en Madrid.

Las Mesas del Congreso y del Senado ya han anunciado una nueva congelación de los sueldos este año, así como la suspensión de la aportación al plan de pensiones de diputados, senadores y trabajadores de las Cámaras. Los presidentes parlamentarios han querido ser los primeros en dar ejemplo.

Esto no se parece en nada al despilfarro de la Junta de Andalucia, que tiene embajadas en el exterior, y estas oficinas diplomáticas han dilapidado ya 11 millones de euros y tienen un gasto de mantenimiento anual de 4 millones al año. Los planes de Javier Arenas cuando llegue a la Junta es la de suprimir la mayoría de las 21 oficinas de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior y del Instituto de Fomento de Andalucía (es decir agencias de colocación de amigos). El Gobierno Andaluz también tiene 5 centros de promoción de negocios en Tokio, Shangai, Londres, Bruselas y Moscú.

La  “austeridad” de Griñán la conocemos en los gastos  escandalosos en la rehabilitación del Palacio de San Telmo, donde por poner solo un ejemplo compraron 40 lámparas de mármol de Carrara a razón de 8.000 euros cada una. Mucha lámpara para tan pocas luces.